- Monedas digitales de bancos centrales (CBDC) y stablecoins: impacto en la vida diaria, soberanía monetaria y geopolítica
- El avance de las monedas digitales de bancos centrales (CBDC) y de las stablecoins está transformando el paisaje financiero global. En la vida cotidiana de los ciudadanos estos activos modifican la forma de pagar, ahorrar y acceder al crédito, con implicaciones en privacidad y fiscalidad. A nivel estatal afectan la capacidad de dirigir la política monetaria, imponer impuestos y controlar capitales. En el plano internacional, pueden debilitar el dominio del dólar y propiciar bloques monetarios regionales (p.ej. euro digital, yuan digital, futura moneda BRICS). A continuación se analizan estos tres ejes con ejemplos de iniciativas en China, Suecia, Brasil, Nigeria y la UE
- Impacto en la economía diaria
- Medios de pago y adopción. El uso de efectivo ya venía cayendo en países avanzados, tendencia acelerada por la pandemia y el comercio electrónico. Por ejemplo, en España los retiros en cajeros cayeron un 11% entre 2019 y 2021 (de 125.200 a 111.100 M€), mientras las compras con tarjetas crecieron un 21% . Las CBDC minoristas (e-krona, euro digital, eNaira, etc.) aspiran a complementar (no eliminar) el efectivo, ofreciendo pagos digitales instantáneos gratuitos o de bajo costo respaldados por el Estado. Esto puede acelerar la digitalización: “el menor uso del efectivo…es un hecho en los países desarrollados y la inclusión de las CBDC… puede intensificar aún más” esta tendencia . En China, por ejemplo, el yuan digital suma ya más de 260 millones de billeteras activas en 2024 , lo que facilita que grandes transacciones cotidianas y gubernamentales se realicen vía e-CNY.
- Stablecoins como puente en economías frágiles. En economías con alta inflación o controles cambiarios (Argentina, Venezuela, Turquía, etc.) las stablecoins (monedas digitales con valor anclado al dólar u otro activo) han ganado popularidad como refugio de valor. Permiten pagos diarios y remesas sin intermediarios bancarios costosos . En palabras del análisis de Cointelegraph, “la gente ha perdido la fe en que sus bancos centrales mantengan el valor de su dinero…cada ahorro en stablecoin es una declaración de que la moneda nacional no cumple su función” . En la práctica, estas monedas actúan como puente entre la conveniencia digital y la estabilidad conocida: estabilizan ahorros en dólares digitales accesibles, y cobran fuerza para pagos internacionales de bajo costo . Un reporte de Bitso Business confirmó que el uso institucional de stablecoins en Latinoamérica se duplicó entre 2024 y 2025, principalmente en pagos transfronterizos de empresas . En conjunto, las stablecoins están cerrando la brecha entre el sistema financiero tradicional y la economía digital , especialmente en países donde muchos ciudadanos carecen de cuentas bancarias formales .
- Acceso al crédito y banca comercial. Las CBDC podrían reducir la relevancia de los depósitos bancarios tradicionales y, por tanto, la capacidad de los bancos para prestar. Si los ciudadanos y empresas mantienen sus saldos en CBDC en el banco central (en lugar de en bancos comerciales), “los depósitos bancarios serían más escasos y más volátiles, lo que llevaría a la reducción del crédito” en la economía real . Esto podría obligar a los bancos a buscar nuevas fuentes de fondeo (mercados mayoristas, clientes institucionales) o repensar su modelo de negocio. El riesgo de una contracción del crédito depende del diseño: límites de tenencia o tasas cero en el nivel de uso minorista podrían atenuar la salida de depósitos . En Brasil, por ejemplo, se diseñó el piloto DREX (real digital) como CBDC mayorista para liquidaciones interbancarias, manteniendo el acceso minorista vía tokens de depósitos bancarios, dado el éxito del sistema “Pix” de pagos instantáneos . Esto ilustra una opción híbrida: usar CBDC para eficientar la banca mayorista, dejando la mayoría de la actividad minorista en los sistemas actuales.
- Privacidad y vigilancia. El dinero en efectivo permite pagos anónimos; las CBDC, al contrario, facilitan el rastro electrónico de cada operación. Según encuestas del BCE, la privacidad de los pagos es “la característica más relevante” para ciudadanos y comerciantes . Sin embargo, casi todos los diseños de CBDC optan por un sistema de cuentas identificadas (no token anónimo) para evitar el uso ilícito. La Riksbank ha diseñado su piloto e-krona con una arquitectura en la que solo el banco central y las autoridades reguladoras pueden acceder a cierta información, aproximándose a la privacidad del sistema bancario actual . En China, el e-CNY cifra los datos del usuario, pero el banco central aún puede trazar transacciones para prevenir delitos financieros . Aún así, muchos usuarios temen que un CBDC se convierta en herramienta de vigilancia: como señala un análisis, las medidas “antiblanqueo” del eNaira nigeriano fueron vistas por los usuarios como invasión de privacidad, pues “el gobierno puede monitorear todo tu dinero y usar esa información para control” . En suma, en la vida diaria se plantea un trade-off entre la conveniencia de pagos digitales e inmediatos y la protección de datos personales; los diseños de CBDC deberán balancear ambos aspectos para ganar aceptación pública .
- Transparencia fiscal y control gubernamental. Las CBDC pueden potenciar el control estatal sobre los pagos. Por ejemplo, permitirían implementar automáticamente transferencias fiscales o subsidios directos (como pagos de ayudas sociales) de forma más eficiente: “Los gobiernos podrían mejorar su control sobre la infraestructura de pagos e incluso proveer un canal más eficiente para las transferencias fiscales” . Al mismo tiempo, el monitoreo de gasto en tiempo real puede facilitar la lucha contra la evasión. Sin embargo, esto también implica que cada transacción queda registrada; como advierten expertos, la reducción del efectivo “se llega a equiparar con una reducción de la libertad individual” . El control fiscal se extiende al diseño de la propia CBDC: se discuten mecanismos para limitar cuánto puede tener o gastar cada persona (p.ej. montos máximos o expiración de billetes digitales), con el objetivo de evitar acumulaciones especulativas o elusión fiscal. En países con economías formales del todo basadas en efectivo (como Nigeria, con una economía informal de ~$220.000 M que prospera al margen de la banca), la presión fiscal podría incrementarse si los gobiernos intentan eliminar el efectivo y obligar al uso de CBDC .
- En resumen, en la vida cotidiana las CBDC prometen pagos más rápidos, inclusivos y baratos, pero también introducen retos significativos: seguridad informática, brecha digital para poblaciones sin tecnología, y dilemas de privacidad. Las stablecoins privadas actúan hoy como complemento (o escape) en regiones con moneda débil o restricciones cambiarias, influyendo indirectamente en la demanda de CBDC oficiales . Ejemplos concretos: en Argentina y Nigeria se observó cómo la población busca alternativas digitales al peso y al naira ; en Suecia, el Riksbank trabaja en un e-krona que preserve privacidad bancaria ; en Brasil, el real digital (DREX) integra DeFi y open finance para mejorar la eficiencia del sistema .
- Soberanía monetaria y control estatal
- Las CBDC otorgan a los gobiernos herramientas inéditas sobre la oferta monetaria y los pagos. Por un lado pueden fortalecer la soberanía monetaria: facilitan medidas de política monetaria directa (p.ej. estímulos, transferencias focalizadas) sin intermediación bancaria. Pero también acarrean riesgos de exceso de control. Entre sus efectos clave destacan:
- Tasas de interés y regulaciones macroprudenciales. Con efectivo físico limitado, los bancos centrales podrían aplicar tipos de interés muy negativos para estimular la economía sin que los ciudadanos escondan dinero bajo el colchón. El BCE y otros estudiosos señalan que, al eliminar el efectivo, se ampliaría el rango de acción monetaria (Rogoff propuso hace años esta idea) . No obstante, esto implicaría introducir fuertes controles: como advierte BBVA, “la existencia de efectivo con valor nominal fijo limita los tipos negativos. Para superarlo… habría que eliminar o restringir el efectivo, lo que exigiría introducir controles de capital para evitar que la población recurra a otras divisas” . En otras palabras, un CBDC permitiría imponer tasas negativas profundas y sanciones automáticas, pero a costa de mayores controles financieros (por ejemplo, topes a la conversión a moneda extranjera).
- Política fiscal y dominancia fiscal. Al centralizar todos los pagos, el Estado podría coordinar más estrechamente políticas monetaria y fiscal (p.ej. atribuir un papel activo al BC en el financiamiento del gasto público). Esto puede socavar la independencia del banco central. Según algunos expertos, existe el riesgo de “dominancia fiscal”, donde la política monetaria queda subordinada a los objetivos del Tesoro . Es decir, un gobierno con un CBDC podría, en la práctica, imponer sus prioridades (déficit, inflación, endeudamiento) con mayor facilidad, debilitando los límites legales que antes protegían al banco central.
- Dolarización y uso de divisas extranjeras. Si los tipos negativos se vuelven muy profundos o se restringe el acceso a moneda local, los ahorradores pueden huir hacia monedas extranjeras (físicas o digitales). Los bancos centrales suelen advertir que, sin efectivo, el público tendería a dolarizarse. Para evitarlo, se necesitarían controles de capital más estrictos . Paradójicamente, un CBDC pensado para reforzar la soberanía nacional podría intensificar la búsqueda de refugio en activos externos (como stablecoins en USD) cuando la confianza en la moneda local disminuye . De hecho, algunos analistas sugieren que la popularidad de las stablecoins en países con monedas débiles es un “voto de desconfianza” hacia los bancos centrales locales , un fenómeno que refleja directamente problemas de soberanía monetaria.
- Medición y control del flujo de capitales. Las CBDC facilitan un monitoreo casi completo de las transacciones, lo que amplía la capacidad estatal para detectar y bloquear flujos financieros transfronterizos sospechosos. Esto puede fortalecer la lucha contra el lavado y la evasión, pero al mismo tiempo ofrece al Estado un control sin precedentes sobre los movimientos de capital. En escenarios de crisis, el gobierno podría imponer límites inmediatos (p.ej. congelar un saldo de CBDC o prohibir envíos al exterior con un click) . Así, la soberanía aumentaría en el sentido de mayor supervisión, pero se debilita en el de flexibilidad: el público pierde mecanismos informales de protección (bolsas personales de efectivo o criptos) frente a decisiones monetarias agresivas.
- En conjunto, las CBDC otorgan más poder al Estado (capacidad de regular la liquidez con alta precisión), pero también abren un espacio para abusos o dependencia. En cambio, las stablecoins privadas pueden socavar esa soberanía: al estar descentralizadas y casi siempre vinculadas al dólar o criptomonedas, ofrecen alternativas al control nacional. Por ejemplo, remesas o transacciones en stablecoins podrán eludir las sanciones o impuestos locales. Estados Unidos lo ha reconocido: hay quienes sostienen que EE.UU. promueve de hecho el uso de stablecoins (dólar digitales) precisamente para mantener el rol global del dólar . En cualquier caso, si la población se vuelca por completo a monedas extranjeras digitales, la política monetaria local pierde eficacia.
- En conclusión, las CBDC pueden reforzar la herramienta estatal (más transparencia, eficacia en pagos públicos, nuevos instrumentos de política) pero también debilitarla si socavan la confianza en la moneda nacional (influyendo en la dolarización) o si cruzan líneas que antes limitaban el poder de los gobiernos (independencia del banco central, derechos financieros individuales) . El diseño final (límites, anonimato parcial, interoperabilidad) determinará en gran medida este equilibrio.
- Dimensión geopolítica
- A nivel global, las monedas digitales están redefiniendo las dinámicas de poder monetario:
- Desdolarización y alternativas de reserva. Tradicionalmente, el dólar ha dominado el comercio internacional y las reservas. Sin embargo, varios actores consideran que un CBDC creíble podría erosionar esa hegemonía. Como explica un análisis, “si una potencia emergente logra establecer su CBDC como una alternativa creíble y eficiente… podría comenzar a erosionar la influencia del billete verde” . La creación de “corredores financieros digitales” directos entre países (p. ej. pagos bilaterales sin pasar por bancos corresponsales en dólares) se interpreta como un acto de desdolarización gradual . Los gobiernos de EE.UU. vigilan esto de cerca: bajo la administración Trump se emitió una orden ejecutiva para “salvaguardar el papel global del dólar” y fomentar stablecoins norteamericanas frente a alternativas extranjeras (como respuesta a la amenaza percibida de CBDC rivales).
- Yuan digital (China). China está a la vanguardia en despliegue de CBDC. El e-CNY ya tiene cientos de millones de usuarios y se prueba activamente en pagos internacionales. En 2023 Pekín lanzó un sistema piloto de liquidación transfronteriza con su yuan digital conectando a 16 países de la ASEAN y Oriente Medio, “eludiendo SWIFT y la tradicional red bancaria corresponsal” . Esto podría acelerar el uso del yuan fuera de China, especialmente en la región Asia-Pacífico. El propio BCE reconoce que la aceptación del e-CNY en transacciones globales aumentaría si el proyecto chino tiene éxito . Por otro lado, Beijing también promueve el uso del yuan en acuerdos de comercio bilateral con muchos países, y acumula reservas de divisas (incluyendo oro) para reducir la dependencia del dólar.
- Euro digital (Unión Europea). La UE avanza con su euro digital no solo como moneda interna, sino como instrumento estratégico. En octubre de 2023 el BCE inició la fase de preparación del proyecto, buscando pagos digitales «seguros y gratuitos» respaldados oficialmente . Más allá de la comodidad, el euro digital persigue la “autonomía estratégica” europea: la legislación reciente subraya que el euro digital fortalecerá la soberanía del euro y su resiliencia ante crisis, reduciendo dependencia de proveedores de pagos extranjeros . Europa también estudia permitir su uso en pagos internacionales y remesas para impulsar el euro internacional. Así, la UE busca que la moneda común mantenga o amplíe su peso global frente a CBDC y stablecoins de terceros países .
- Bloques regionales y nuevas monedas. Algunos países exploran monedas digitales conjuntas. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) han propuesto plataformas para interconectar sus CBDC y hasta una moneda común. Un reportaje destaca la idea de un BRICS digital respaldado en oro y canasta de monedas locales para transacciones intra-bloque . Un proyecto así reduciría la volatilidad cambiaria y bajaría costos comerciales internos, ganando peso a nivel global. Por ejemplo, si las transacciones entre BRICS usaran este activo común, se estima ahorro en comisiones equivalente a miles de millones de dólares. No es casual: Rusia y China han venido ampliando el comercio en sus monedas locales para evitar sanciones basadas en el dólar, lo que a su vez estimula estas iniciativas digitales .
- Implicaciones para el orden financiero global. En conjunto, el surgimiento de monedas digitales estatales puede fragmentar el sistema de pagos global. Países dependientes de redes dominadas por Occidente (SWIFT, mercados en dólares) buscan alternativas más autónomas . Ya se habla de “esferas de influencia digital” alrededor de grandes potencias. Sin embargo, el cambio no ocurrirá de golpe. Analistas señalan que aunque exista un camino hacia la multipolaridad monetaria, aún no se vislumbra un reemplazo inmediato del dólar. Lo que sí está claro es que tanto los CBDC como las stablecoins están en el centro de una “carrera armamentista” financiera por el liderazgo global : quien ofrezca la moneda digital más eficiente y segura, podría imponer estándares internacionales en el futuro.
- En definitiva, las CBDC y stablecoins han pasado de ser experimentos técnicos a herramientas geopolíticas. Ejemplos concretos ilustran estos efectos: el avance chino del e-CNY en Asia, el proyecto euro digital de la UE, la elevada adopción de Pix en Brasil complementada con el piloto DREX , o la puesta en marcha del eNaira en Nigeria (aunque con baja adopción inicial, solo 13 M de billeteras en 2023) . Todos buscan mejorar su soberanía financiera, pero también redefinen alianzas. A la larga, el rol de la moneda global de reserva (hoy el dólar) podría verse erosionado por esta transformación, impulsando eventualmente un sistema monetario más diversificado y digitalizado.
- Fuentes: Estudios académicos y documentos de instituciones financieras (BCE, BIS, FMI), análisis de expertos y reportajes de prensa especializada han sido consultados para este análisis . Cada afirmación está respaldada en las citas indicadas.
lunes, 15 de septiembre de 2025
MONEDAS DIGITALES
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