Ya se sabe que ocurre cuando nos enfrentamos a un fascista, mientras las victimas llaman a la puerta de la ley, el poder asesino responde disparando desde la azotea.
Las monarquías europeas desde el siglo XX tienen reservado un espacio protocolar, de representación, de sostenimiento de las tradiciones, dando lugar así a las monarquías constitucionales en las cuales el ejercicio del gobierno esta en manos de los partidos políticos.
No obstante ello, en singulares momentos de la historias reciente, han sido las Casas Reales las que han encabezado la férrea defensa de lo que consideran, sus derechos de identidad e integridad nacional. Tal el caso de la defensa del Estado de Derecho ante el golpe militar de Tejero en las Cortes Españolas en 1981, durante el cual el Rey Juan Carlos I se puso a la cabeza de la salvaguardia de la joven democracia, dando por fracasado el golpe.
Lo acontecido recientemente en la Cumbre Hispanoamericana en Chile, simbolizado el “¿POR QUE NO TE CALLAS?” que el Rey Juan Carlos espetó al “gorila rojo” (dicho lo de gorila, por la 4ta. acepción del Rae: Individuo, casi siempre militar, que toma el poder por la fuerza; recordemos que el militar Chávez da un golpe de estado, fallido al fin, al gobierno constitucional de Carlos Andrés Pérez, que deja centenares de muertos en las calles, y lo de rojo por comunista), está en la misma línea de la defensa que el jefe de Estado Español realiza otrora en el cumplimiento de su deber, aunque esta vez ante una agresión externa.
Las palabras del Rey de España han dado la vuelta al mundo, y desgraciadamente no por la verdad que encierran y su trasfondo, sino por lo inusual de que un Jefe de Estado (Juan Carlos lo es) mandara a callar a un también inusual energúmeno jefe de Estado (de Venezuela) en una Cumbre Hispanoamericana.
La verdad de lo acontecido en la Cumbre se ha terminado conociendo, y la respuesta del Rey de España -hombre tranquilo, sencillo y campechano- no se debió a un pronto o momento de destemplanza, sino a una provocación intencionada por parte del “gorila rojo” que ya habría comenzado el día anterior. Así, ya en el recinto, y ante las agresiones de Chávez hacia el ex presidente español José María Aznar, el Rey instó al presidente Zapatero pidiera al exaltado Chávez respeto hacia el ex presidente español, hasta el punto de advertirle que, de no hacerlo, se levantaría y abandonaría la mesa. Esto explica el porqué de que las palabras de Zapatero, pidiendo respeto, no se vieran reflejadas y sostenidas con las posteriores y actuales actitudes contemplativas del gobierno español frente las continuas agresiones por parte del tirano Chávez hacia España y hacia los intereses españoles en Venezuela.
Lo triste de la repercusión del incidente, es que él mismo se tomara, diríamos, a la chacota, cuando lo grave del caso es que las actitudes y prácticas del “gorila rojo” son las típicas de un déspota salvaje que no oculta implantar en Venezuela, y por extensión en Latinoamérica, un sistema dictatorial de corte comunista. Así podemos observar como en poco menos de tres años a logrado consolidad un régimen comunista y marxista revestido de indigenismo en Venezuela, y extenderlo a Bolivia, Nicaragua y Ecuador, y a un palmo ha estado de lograrlo también en Perú. Si consideramos la fragilidad de Colombia, acosada por la guerrilla de la cual Chávez es su aliado, solo tenemos en el subcontinente a Chile, Uruguay y Brasil como los únicos opositores firmes a la implantación en sus territorios de una dictadura chavista. Mientras tanto, Argentina, ¡ay argentina!…dime tu, ¿donde te encuentras más a gusto?.
Existen países organizados democráticamente y existen dictaduras, y existe un principio de no interferencia en las cuestiones internas de los países. Pero, ¿que corresponde hacer a la comunidad internacional cuando en un país se implanta un sistema de gobierno dictatorial iluminado por el mismo régimen marxista que en el siglo XX exterminó a millones de disidentes?, ¿Qué debe hacer la comunidad internacional ante un régimen expansionista y violador de los derechos humanos?. El ya célebre, “¿POR QUE NO TE CALLAS?”, no puede, no debe quedarse ahí.
América latina está amenazada por el totalitarismo chavista, y no tengan dudas de que el “gorila rojo” a la hora de intervenir en otras naciones para imponer su revolución, como ya lo está haciendo, no respetará principio alguno, derrumbando el de no intervención en primer lugar para abrir paso a SU revolución. Y ya se sabe que ocurre cuando nos enfrentamos a un fascista, mientras las victimas llaman a la puerta de la ley, el poder asesino responde disparando desde la azotea.
Resulta repugnante ver el absoluto silencio ante lo que esta ocurriendo en Venezuela, lo cual me lleva a preguntar al mundo entero ¿POR QUE SE CALLAN?, dirigentes del mundo, ante la implantación de una constitución marxista que barre con los derechos individuales y de propiedad, que autoriza las detenciones sin el debido proceso y la censura a la prensa entre otras muchas invasiones a la libertad individual y al resto de los Poderes del Estado y del Banco Central. ¿Qué hacen las democracias occidentales, tan demócratas ellas, ante la demolición del Estado de Derecho en Venezuela?. Nada, callar y mirar para otro lado. La inestabilidad que el régimen marxista instalará en Latinoamérica tendrá consecuencias más allá del entorno continental. Al tiempo.
Por el bien y la libertad del hombre hay que actuar sobre Chávez, que no es Venezuela, y mejor hoy que mañana, que puede sea ya tarde.
